La primera vez que vi el nuevo Samsung Galaxy Z Fold 5, me decepcionó la poca evolución que ha sufrido el mejor móvil de la empresa coreana. Básicamente, las novedades del Fold de este año se centran en la bisagra que une las dos pantallas plegables, poniéndose a la altura de la competencia, y el procesador Qualcomm Snapdragon Gen 2, diseñado junto al fabricante de chips californiano.
Después de un mes con el Samsung Galaxy Z Fold 5, comparándolo con el Fold 4, las diferencias son más notables de lo que parecía a primera vista, aunque sobre el papel no sean deslumbrantes. El cambio de tamaño es considerable, 2,4 milímetros menos, gracias a la nueva bisagra que no deja hueco una vez plegado, convirtiéndolo en un dispositivo más ‘de bolsillo’ que su antecesor.
Físicamente parece otro teléfono, más ligero, más manejable y portable, y aunque pudiera parecer en un principio más frágil, la carcasa de aluminio lo convierte en un dispositivo muy resistente. La bisagra mantiene el móvil en cualquier ángulo de forma sólida, por lo que se puede apoyar doblado en su modo Flex cómodamente, como su predecesor.
Respecto a la durabilidad de la serie Fold, y después de un año usando el Samsung Galaxy Z Fold 4, y siendo el Fold 5 de similar construcción, he comprobado que son dispositivos muy resistentes, al uso y las caídas. Se mantiene la IP8, la resistencia al agua, que la competencia no tiene, y aunque no esté certificado contra el polvo, después de un año en el bolsillo, mi Galaxy Z Fold 4 no tiene ni una pelusa ni una mota de polvo bajo la pantalla. Ha pasado por los peores escenarios para un plegable, la playa y los granos de arena, que ha superado gracias a que, aunque se introduzca arena en la bisagra, esta los termine expulsando.
En el exterior, lo que vamos a encontrar, además de la ranura para las SIM y el puerto USB-C, es el botón de encendido que comparte espacio con el lector de huellas. Este funciona a las mil maravillas, y desbloquea el teléfono prácticamente desde cualquier posición. Encima del botón de encendido tenemos los botones de volumen.
En el apartado de las pantallas es donde podemos encontrar los mayores puntos grises del Galaxy Z Fold 5, que ya pasaba con el 4. Algo que pensaba que Samsung cambiaría en esta nueva versión es el aspecto de la pantalla exterior con un formato de 23,1:9, estrecho y alargado, que a la inmensa mayoría de la gente le genera ciertas reticencias. Es un formato al que no estamos acostumbrados, no es un problema de tamaño, porque la pantalla externa es de 6,2 pulgadas HD+, pero el teclado se siente raro, y algunas aplicaciones también. Pero, la realidad es que esto solo ocurre al principio, después de un periodo de adaptación, la pantalla exterior resulta tan útil y usable como la de cualquier otro teléfono, y puedes usar el Fold sin desplegarlo.
La gran pantalla, su principal fortaleza
La pantalla flexible de 7,6 pulgadas QXGA+ Pantalla Dynamic AMOLED 2XInfinity Flex 120 Hz es la joya del Galaxy Z Fold 5. Desplegar el dispositvo y disponer de una pantalla de ese tamaño provoca una sensación indescriptible. La pantalla es de lo mejor que vamos a ver en un plegable; nítida, brillante y con un buen balance de colores. 7,6 pulgadas pueden parecer poco, comparado con una tableta de 12 pulgadas, pero gracias al formato casi cuadrado que tiene la sensación que ofrece es totalmente inmersiva.
Además, el móvil también es fantástico para la multitarea, sobre todo después de las últimas actualizaciones del Galaxy Z Fold 5 y la barra de aplicaciones. La marca de la doblez en la bisagra existe, es decir, la vamos a notar, pero no molesta, en cuanto se enciende la pantalla, rápidamente te olvidas de que existe.
Como comentábamos, la adaptación de las aplicaciones a la pantalla plegable cada vez es mayor, y salvo contadas excepciones, todas se adaptan relativamente bien. Incluso las que no lo están de forma nativa se ven correctamente. Además, la transición entre usar la pantalla externa o la plegable es directa, por lo que, si estamos viendo un video de YouTube, y desplegamos la pantalla interior, se verá por completo al momento. Eso sí, el formato cuadrado no es lo mejor del mundo para ver video horizontal, ya que pierde mucho espacio en los márgenes. Samsung, además, ha querido darle un empujón extra al uso del lápiz con una nueva funda que incluye un lápiz en la zona trasera.
El mejor procesador en Android
La otra gran actualización del Galaxy Z Fold 5, además de la bisagra, es su procesador, el Snapdragon 8 Gen 2. El más potente de Qualcomm, que ya hemos visto en muchos móviles de gama alta este año, pero que en el Galaxy Z Fold 5 logra llegar a nuevas cotas de rendimiento, multiplicando casi por dos lo que era capaz de lograr el Fold 4 en algunos aspectos, situándose casi al mismo nivel que el Galaxy S23+.
Todo funciona a las mil maravillas, y el nuevo procesador se agradece, los juegos vuelan, y la multitarea también. Lo malo, como pasa en otros terminales, es que la potencia máxima no se puede mantener durante mucho tiempo, ya que en cuanto el calor empieza a subir o el impacto en la autonomía es significativo, se regula y baja. La memoria RAM es de 12 gigas y el disco va desde 256 GB a 1 terabyte.
Cámaras
En cuanto a fotografía, a nivel de hardware, no vamos a ver ningún cambio, son exactamente iguales el Fold 4 y el 5. Las cámaras principales son las tres traseras, con una principal de 50 megapíxeles OIS, un gran angular de 12, y un teleobjetivo de 10 OIS con 3x de aumento. A partir de ahí es híbrido recortando de forma digital.
Las otras dos cámaras son la delantera de 10 megapíxeles, e interior de 16 megapíxeles. En realidad, gracias al formato Flex, las cámaras más utilizadas serán siempre las principales, incluso para el selfie.
No vamos a entretenernos mucho en las cámaras ya que no cambian nada, solo en el procesamiento del Snapdragon 8 Gen 2 que logra mejores resultados gracias a una inteligencia artificial más avanzada y rápida, algo que he podido comprobar y se nota en un mejor uso del HDR y selección de escenas.
Aunque parezca un cambio superficial, la calidad de las imágenes ha mejorado considerablemente. En general, es el mejor conjunto fotográfico que vamos a encontrar en un plegable, y si quieres exprimir un poco más la cámara usando la App Expert Raw, puedes ponerla en modo profesional.
El video 8K 30 fps no es lo mejor que hemos visto en teléfonos móviles, pero es estable gracias al OIS, y funciona casi como una cámara de video profesional. Los resultados son muy buenos, lo que se espera de un teléfono de alta gama.
La batería permanece inalterada respecto al Fold 4, sigue siendo de 4.400 mAh, pero gracias a que el nuevo procesador tiene un mejor consumo, y el Fold 5 ha sumado algunas horas de autonomía respecto a su predecesor.
¿Me lo compro?
Durante este año con el Galaxy Z Fold4, muchas personas se han interesado y me han preguntado por este teléfono. Los plegables siguen siendo una novedad para muchos, y siempre la sorpresa llega con el precio. Estamos hablando de un dispositivo que está cerca de los 2.000 euros (se mueve entre los 1.909 y los 2.090 en función del modelo) y es uno de los móviles más caros del mercado. Muchos portátiles de alta gama cuestan menos que eso.
Lo que ocurre es que Samsung no quiere que el Galaxy Z Fold sea solo un teléfono, sino que sirva como una suerte de híbrido entre portátil y móvil. Es el dispositivo todo en uno para la ultra portabilidad. El modo Dex hace que cuando conectamos cualquier monitor al Galaxy Z Fold se convierta en un perfecto ordenador, capaz de hacer prácticamente todo, y añadiendo un teclado y ratón Bluetooth, tendremos un ordenador en toda regla.
Yo lo he estado usando junto con un teclado Bluetooth cuando he estado de viaje, y actúa como un ordenador de bolsillo. Cuando he dispuesto de un monitor o pantalla externa, lo he conectado, y el modo Dex entra en juego como si fuera un ordenador de sobremesa, con aplicaciones a pantalla completa, multitarea y todo lo necesario para trabajar. Visto de esta forma, para un uso profesional, el Galaxy Z Fold 5 es un móvil sin rival.