Mercedes-Benz Argentina presentó hace unas semanas el primer vehículo 100% eléctrico que ofrece en el país. Se trata del EQA, un SUV compacto que utiliza la plataforma que el GLA, su hermano naftero, pero que en este caso viene con dos motores eléctricos y una batería que le da una autonomía de 400 kilómetros.
En Clarín probamos durante una semana este modelo que, como cualquier otro eléctrico, obliga a repensar la manera en que el usuario interactúa con el vehiculo para poder aprovechar mejor las numerosas virtudes que tiene esta tecnología.
Si bien se trata del primer eléctrico puro que la marca de la estrella ofrece en nuestro mercado, hay que recordad que la estrategia global de electrificación está muchísimo más avanzada. En total, Mercedes ya vende 10 modelos a batería en los principales mercados del mundo:son 5 SUV, 2 sedanes y 3 vans de distintos tamaños, incluida entre ellas una Sprinter eléctrica.
Es que la marca de Stuttgart se puso un objetivo claro:a partir de 2030, su flota será 100% eléctrica, dejando solo algunas alternativas híbridas reservadas para sus modelos de alto rendimiento de la división AMG.
Esto deja bien en claro por qué la filial local tiene que empezar a ofrecer estas alternativas en Argentina, a pesar de que la infraestructura de recarga viene muy retrasada en nuestro país y a que los valores de venta son muy altos.
Parece común pero es muy especial
A diferencia de lo que pasa con otros autos eléctricos, el EQA es prácticamente idéntico a un modelo convencional. Lo único que a simple vista luce diferente al GLA es la parrilla, ya que lleva una placa de color negro en lugar de rejillas ya que su sistema de propulsión no precisa de una ventilación para refrigerarse.
El EQA lleva un motor adelante y otro atrás, por lo que termina teniendo tracción en las cuatro ruedas. La potencia conjunta del sistema es de 292 caballos y el torque de una pickup: 520 Nm. La batería de 66,5 kWh tiene una autonomía homologada de 436 kilómetros.
Son varias las razones por las que manejar el Mercedes-Benz EQA resulta toda una experiencia. El interior no es muy distinto a lo que la marca alemana viene ofreciendo en el resto de la gama: mucha digitalización, distintas opciones de iluminar el habitáculo y combinaciones de terminaciones y texturas que crean un gran ambiente.
La calidad en general es muy buena pero sin llegar a los niveles de los Mercedes más grandes. Después de todo, se trata de un modelo compacto; de hecho, es el vehículo de entrada al mundo eléctrico de la marca de la estrella.
La visión que se tiene desde el puesto de conducción es la de estar dentro de un vehículo de avanzada: pantallas de altísima calidad, volante multifunción desde el que se puede ejecutar prácticamente todas las funciones del vehículo, una superficie táctil para complementar esas acciones y una combinación de colores que no se ven en otros modelos.
Por ejemplo, las salidas de la ventilación tiene una terminación “oro rosa” que realmente llaman la atención y que hacen juego con parte del tapizado de los asientos.
Pero las mayores sorpresas aparecen cuando se empieza a conducir. Con un lógico silencio por su condición de eléctrico, solo un pequeño indicador verde en el tablero con la palabra “Ready”(Listo) indica que nos podemos empezar a mover.
La conducción puede ser muy relajada y suave, con un nivel de confort extraordinario. Pero esa sensación también puede desaparecer mucho más rápido de lo que uno es capaz de imaginarse.
Salvo que se esté conduciendo en la función ECO, en donde la entrega de torque y potencia está más restringida, pisar el acelerador con ganas, pero sin exagerar, produce una reacción inmediata, explosiva.
El poder de aceleración que tiene el EQA (va de 0 a 100 km/h en 6 segundos) genera momentos de fantasía. Por ejemplo, que las más de 2 toneladas que pesa pasan a ser una, o que las recuperaciones de velocidad parecen las de un deportivo, permitiendo hacer sobrepasos seguros e instantáneos.
Otro resultado que parece fantástico es su comportamiento dinámico: gracias al peso de la batería ubicada debajo del piso, el centro de gravedad se reduce notablemente y la sensación es la de estar conduciendo un vehículo más bajo, con una mínima inclinación de carrocería al doblar.
La batería estuvo muy cerca de lo prometido: 400 kilómetros con carga completa para un uso mixto. Su recarga en un cargador de 11 kW, que se incluye en el precio del EQA, demora alrededor de 6 horas. Pero en cargadores de 50 kW o 100kW ese tiempo se puede reducir a una hora o poco más de 30 minutos.
Nos pareció exagerada la intervención de algunos sistemas de asistencia a la conducción, que pueden dar un toque de freno cuando uno está cambiando de carril aún con la luz de giro conectada.
Está claro que los 125 mil dólares que cuesta este modelo está demasiado lejos de la enorme mayoría de compradores de 0 km. Incluso algunos que lleguen también lo descartarían. Pero el que lo elija se encontrará con un SUV súper tecnológico capaz de entregar sensaciones fuera de serie.
Ficha técnica
Largo 4.463 mm
Ancho 1.834 mm
Alto 1.620 mm
Distancia entre ejes 2.729 mm
Peso 2.105 kg
Baúl capacidad mínima 340 Dm3
Baúl capacidad máxima 1.320 Dm3
Potencia total 292 CV
Torque total 520 Nm
Tensión nominal 420 V
Tracción Integral
Batería Iones de litio
Capacidad 66,5 kWh
Recarga a 11 kW 6h 30 min
Recarga a 50 kW 60 minutos
Recarga a 100 kW 30 minutos
Autonomía 400 km
Acel. 0-100 km/h 6 segundos
Velocidad máxima (lim.) 160 km/h
Equipamiento
ABSy control de estabilidad
Airbags frontales
Airbags laterales delanteros
Airbag de rodilla para conductor
Airbags de cortina
Sistema de mantenimiento de carril
Freno autónomo de emergencia
Control crucero adaptativo
Radar de punto ciego
Cámara de marcha atrás
Doble pantalla de 10,25” c/u
Climatizador bizona
Techo panorámico