Nuestro sitio web utiliza cookies para mejorar y personalizar tu experiencia, y para mostrar anuncios (si los hay). Nuestro sitio web también puede incluir cookies de terceros como Google Adsense, Google Analytics, Youtube. Al utilizar el sitio web, aceptas el uso de cookies. Hemos actualizado nuestra Política de Privacidad. Por favor, haz clic en el botón para consultar nuestra Política de Privacidad.

Información importante antes de iniciar el consumo de suplementos alimenticios

https://edenred.com.uy/wp-content/uploads/2022/08/suplementos-dieteticos-si-o-no.jpg

En la actualidad, los suplementos alimenticios se han convertido en una constante dentro del panorama del bienestar y la salud. Desde polvos de colágeno hasta gomitas que prometen fortalecer el sistema inmunológico, su presencia en redes sociales, estanterías de supermercados y rutinas personales es cada vez más evidente. Sin embargo, antes de integrar estos productos en la dieta diaria, es crucial entender su verdadero propósito, limitaciones y posibles riesgos. A continuación, se presentan cinco recomendaciones clave que deben ser consideradas antes de comenzar a consumir suplementos.

La dieta debe ser la fuente principal de nutrientes

Los complementos nutricionales no están hechos para sustituir una alimentación balanceada, sino para añadir cuando sea necesario. En situaciones comunes, los nutrientes esenciales pueden ser adquiridos mediante alimentos completos, que proporcionan beneficios complicados de imitar con complementos individuales. Por ejemplo, el pescado con alto contenido graso no solo proporciona ácidos grasos omega-3, sino también proteínas, vitaminas y minerales que interactúan de manera sinérgica en el organismo.

De esta manera, los esfuerzos por imitar los beneficios de las frutas y verduras en forma de cápsulas no han logrado el mismo impacto que una alimentación centrada en productos naturales. Sin embargo, existen circunstancias particulares donde los suplementos son aconsejados por expertos en salud. Algunos de los más habituales incluyen el ácido fólico para mujeres embarazadas, la vitamina D en las épocas de invierno y la vitamina B12 para aquellos que llevan una dieta vegana estricta.

Consumir demasiados suplementos puede ser dañino

Uno de los riesgos más comunes del uso indiscriminado de suplementos es la posibilidad de sobreconsumo. A diferencia de los alimentos, es más sencillo ingerir una cantidad excesiva de vitaminas o minerales mediante cápsulas o comprimidos, lo cual puede ocasionar efectos adversos tanto a corto como a largo plazo.

Vitaminas liposolubles como la A, D, E y K pueden acumularse en el organismo, generando complicaciones como daño renal, hepático o alteraciones óseas. Incluso aquellas vitaminas solubles en agua, como la B6, pueden provocar efectos negativos si se consumen en dosis elevadas durante períodos prolongados. En muchos casos, las personas no se realizan análisis clínicos regulares para monitorear sus niveles nutricionales, lo que incrementa el riesgo de presentar síntomas avanzados sin haber detectado un problema de fondo.

La información en redes sociales no siempre es confiable

El aumento de material sobre salud en internet ha hecho más fácil acceder a consejos, pero también ha elevado la difusión de datos incorrectos. Numerosas declaraciones sobre suplementos no tienen sustento científico y emplean palabras como «natural», «detox» o «reforzador inmunológico», que son más atractivas comercialmente que médicamente.

El marketing de influenciadores y modelos de negocio como el marketing multinivel (MLM) pueden llevar a consumidores a tomar decisiones basadas en experiencias anecdóticas, en lugar de en evidencia científica. A pesar de las regulaciones publicitarias existentes, la supervisión y aplicación de estas normativas es limitada, lo que permite la propagación de mensajes exagerados o engañosos.

El sector da más importancia a las ventas que a la salud pública

El valor comercial del mercado global de suplementos supera los 100 mil millones de dólares, lo cual refleja su crecimiento acelerado, pero también revela sus motivaciones económicas. Muchas marcas invierten más en estrategias de marketing que en investigación clínica, lo que genera una desconexión entre los beneficios reales de un producto y las promesas publicitarias.

Si bien existen suplementos con eficacia comprobada, como el hierro o la vitamina D en ciertos contextos clínicos, la mayoría de los productos populares no cuentan con respaldo suficiente y son promovidos por personas sin formación profesional en nutrición. Esto pone en evidencia que el objetivo principal de muchas empresas es generar ventas, no necesariamente mejorar la salud de sus consumidores.

No todos los suplementos son seguros para todas las personas

El que un suplemento se ofrezca sin receta no indica que sea seguro. Hay productos que pueden tener interacciones perjudiciales con fármacos o ciertas condiciones de salud. Un ejemplo es la hierba de San Juan, que puede disminuir la efectividad de anticonceptivos, antidepresivos o terapias para la presión arterial alta. Además, la vitamina K puede afectar a los anticoagulantes y el hierro en grandes cantidades puede influir en la absorción de antibióticos.

Además, una gran cantidad de suplementos no ha sido revisada para su utilización durante el embarazo o el periodo de lactancia, lo que constituye un peligro para la salud tanto de la madre como del niño. Por esta razón, es crucial buscar el consejo de un profesional de la salud antes de comenzar cualquier plan de suplementos, especialmente si se padecen condiciones médicas, se encuentra en estado de embarazo o se están tomando medicamentos.

Una elección que necesita ser fundamentada

El uso de suplementos alimenticios puede resultar útil en situaciones particulares; sin embargo, debe basarse en asesoramiento profesional y no en tendencias o sugerencias infundadas. Lo esencial es determinar si hay una necesidad genuina, hacer pruebas médicas cuando se requiera y, principalmente, enfocarse en mantener una alimentación saludable y equilibrada como fundamento del bienestar nutricional.

Antes de gastar en suplementos caros que aseguran efectos inmediatos, es mejor evaluar si esos fondos podrían usarse para mejorar la calidad de los alimentos que se consumen a diario. El bienestar comienza en el plato, no en el envase.

Por Samuel D. Herrera

Te puede interesar